PERSONALIDAD
1. INTRODUCCIÓN
El concepto Personalidad se
utiliza coloquialmente para designar rasgos característicos de una persona en
particular: “tiene una personalidad alegre”. “es de personalidad autoritaria”,
etc., sin embargo el concepto, para interés de la psicología, requiere una
revisión con un sustrato teórico y abarcador a toda persona. Se trata entonces
de aplicar el concepto que contenga los principios fundamentales que permitan
la investigación en esta característica del ser humano que lo define como
individuo.
A lo largo de la historia, no
sólo de la psicología sino de diferentes áreas del pensamiento filosófico y
científico, han aparecido diversas definiciones que pretenden dar una respuesta
a la pregunta sobre qué es y cómo se configura la personalidad, definiciones que
no han estado exentas de polémica y discusión, como la famosa teoría
psicodinámica de la personalidad nacida del psicoanálisis de Freud, sin embargo
éstas han resultado insuficiente, encontrándonos en una época donde el fenómeno
de la personalidad es un tema de investigación escurridizo y difícil de tratar.
Hoy en día el escenario es que
tenemos muchas definiciones, pero existe consenso en que cada una de éstas
contribuyen al estudio de la personalidad, por lo que un estudio acabado de la
misma debe considerar las aportaciones teóricas de las diversas escuelas de
estudio. De este modo es posible establecer parámetros para el estudio, por
ejemplo de la psicopatología y semiología de los trastornos psicológicos.
Por ello es que esta
investigación recoge las principales aportaciones de las diferentes escuelas de
estudio, pero además incorpora una revisión sobre el desarrollo de la
personalidad desde un aspecto práctico, relacionando la teoría y su aplicación
en un modelo de desarrollo desde la infancia hasta la adultez.
2 CONCEPTO DE PERSONALIDAD
Cuando popularmente se hace uso
del concepto de personalidad, generalmente se utiliza con el fin de describir
personalidades específicas, por ejemplo: de una persona espontanea, alegre,
altamente sociable, agradable, se dice que posee una gran personalidad. Para el
interés de la psicología, sin embargo, el concepto de personalidad es algo más
general y abarcador: un concepto abstracto que incluye y es característica de
toda persona.
Frente a la pregunta sobre qué es
exactamente la personalidad es un hecho que el término es aún materia de
investigación y generador de amplio debate, por lo que si queremos ocuparnos de
esta temática debemos plantearnos qué perseguimos en el estudio de la
personalidad. En este sentido podemos notar que
el uso de este concepto tiene que
ver con asignar un sentido de coherencia y continuidad en las características
de una persona, es decir, que dichas características nos hablan de la misma
persona, que se comporta de manera coherente en diversos momentos y escenarios.
Por otra parte, otra razón de interés para el uso de este concepto es la idea
de que existe un principio de causalidad en cada ser humano que influye en la
manera en que se comporta. Estas dos razones se relacionan de manera coherente
cuando tratamos de comprender y/o predecir el comportamiento humano.
Otra razón del uso del concepto
de personalidad tiene que ver con la idea de que unas cuantas características
sobresalientes de una persona podrían definir una especie de resumen de ella,
en términos de que estas características son las que mejor la definen.
Obtenemos entonces que si de alguien se dice que posee una personalidad
sociable, es la capacidad de sociabilizar la característica más notable en
ella, por ejemplo. Y en este sentido, mientras más notables sean las
características en una persona, mayores posibilidades habrán para comprenderla
y distinguirla de entre los demás.
Estas son algunas de las razones
que nos acercan a un concepto de personalidad propiamente tal, concepto que nos
transmite una idea de coherencia, causalidad y distinción personal.
Una definición funcional de
personalidad, enfocada al estudio de la misma, es la que entrega Gordon Allport
(1961), quien señala que “La personalidad es la organización dinámica dentro
del individuo de los sistemas psicofísicos que crean patrones característicos
de conducta, pensamiento y sentimientos.
(Caver & Scheier, 1997)
De lo anterior podemos distinguir
varios aspectos de importancia, como el que la personalidad tiene una
organización y está sujeta a procesos, que no es solamente un aspecto
psicológico sino que se relaciona con la fisiología del individuo, que la
personalidad además es una fuerza causal determinante de cómo el individuo se
relaciona con su entorno, que esta fuerza causal muestra patrones recurrentes y
coherentes, y que se muestra en aspectos conductuales, cognitivos y
sentimentales.
Aún cuando esta definición es
ampliamente aceptada, es preciso señalar que no logra aún explicar el concepto
de personalidad en un sentido absoluto, existen aspectos que escapan a esta
definición y por ello es que la psicología de la personalidad se encuentra en
un estado de desarrollo continuo.
3. PRINCIPALES PERSPECTIVAS
TEÓRICAS DE LA PERSONALIDAD
3.1. Perspectiva Psicodinámica de
la Personalidad
Las teorías psicodinámicas de
tienen su génesis en las investigaciones y ensayos sobre la histeria
desarrollados por el neurólogo austriaco Sigmund Freud. Se denominan dinámicas
debido a que se concibe la actividad psíquica del ser humano como procesos en actividad
permanente, ya sean estos conscientes o subyacentes a la consciencia en un
estrato psíquico denominado Inconsciente.
En lo que respecta a una teoría
de la personalidad, se afirma que las características distintivas de un sujeto
están determinadas, en gran parte, por fuerzas internas que están más allá de
la consciencia y el control.
Como punto de partida de esta
teoría, es conveniente conocer lo que se denomina el modelo topográfico de la
mente. Se consideran en esta metáfora dos instancias psíquicas, las del Consciente, que contienen todos
aquellos aspectos psíquicos de los que se está al tanto, y que posee además una
instancia denominada Preconsciente, que contiene aquellos actos psíquicos
susceptibles de ser consciente que no son reprimidos por la censura. Y una
instancia denominada Inconsciente, que representa todos aquellos actos
psíquicos reprimidos a los cuales la consciencia no tiene acceso. En base a
esta metáfora de la estructura mental, Freud sostenía que la personalidad
estaba influenciada mayormente por aquellos contenidos del inconsciente.
Sobre la base de esta estructura
es que se presenta, desde la teoría psicoanalítica, la dinámica de la
personalidad. Esta dinámica se le conoce normalmente como el modelo
estructural, y consideran tres componentes del funcionamiento de la
personalidad, a saber: el Ello, el Yo y el súper Yo.
El Ello es el componente psíquico
inicial y único que está presente al nacer, representa los contenidos
heredados, intuitivos y primitivos de la personalidad. Freud afirma que el Ello
está posicionado por completo en el inconsciente y se rige por el principio del
placer, determinado por el impulso de satisfacer inmediatamente las
necesidades.
El segundo componente, el Yo,
evoluciona a partir del Ello enfocado a que los impulsos del Ello se expresen
de manera efectiva, tomando en consideración el mundo externo. El Yo opera
principalmente a nivel consciente y preconsciente, y también en un nivel
inconsciente en cuanto a que se relaciona con el Ello. Este componente psíquico
se rige por el principio de realidad, en términos de que la conducta no sólo
debe tomar en cuenta las necesidades y urgencias que provienen del Ello, sino
también tomar en consideración los factores externos incorporando en la
conducta un sentido de racionalidad. Bajo esta concepción, el Yo, que considera
las demandas internas del Ello y las relaciona con los factores de la realidad
externa, sienta las bases de la producción de procesos intelectuales y de
resolución de problemas, desarrollando planes de acción, pensamiento crítico,
etc., para conseguir las metas demandadas con el fin de disminuir el displacer.
Es importante considerar que el
Yo carece de un principio moral, es decir, sólo se rige por el principio de
realidad considerando los factores externos, pero en ningún caso lleva
implícita una intencionalidad que se ajuste a convenciones morales o sociales
sobre cómo conseguir las cosas. El Yo perfectamente podría mentir, o causar
daños a terceros con el fin de conseguir lo que el Ello demanda, dadas las
restricciones de la realidad propiamente tal. El sentido moral se asocia al
tercer componente psíquico, el Súper Yo.
El Súper Yo en el componente
final de la personalidad, además de ser el último en desarrollarse. Éste se
compone de la incorporación de los valores paternos y sociales que rigen el
entorno del sujeto, es poseedor de un principio moral y puede distinguir lo que
es bueno o malo. Para obtener el amor y el afecto de sus padres, el niño se
guía por los principios de conducta que éstos le enseñan, y para evitar recibir
daño, castigo o rechazo deja de producir comportamientos que conlleven a esto.
En el Súper Yo existen tres
funciones primordiales, en primer lugar intenta inhibir cualquier impulso del
Ello que pueda ser sujeto a reprobación moral o de la sociedad, en segundo
lugar trata de dirigir el comportamiento del Yo en un sentido moral, no
necesariamente racional, y en tercer lugar tiene un enfoque hacia la perfección
de pensamiento, acción y obra del sujeto. Por tanto, a partir de estas
funciones entendemos que el Súper Yo constituye una función civilizadora de la
persona.
Se da entonces una suerte de
sobrecarga hacia el Yo, quien a partir del desarrollo del Súper Yo tiene que
tomar la decisión de acción mediando entre las exigencias del Ello, basadas en
el principio del placer, y las del Súper Yo, basadas en concepciones de
moralidad. Esta condición conflictiva en este modelo estructural de la
personalidad se convierte en una condición intrínseca en la vida de todo ser
humano.
Luego de conocer la configuración
estructural de la mente y la personalidad, corresponde revisar lo que tiene que
ver el desarrollo del ser humano desde su nacimiento. Freud concebía este
desarrollo por etapas, donde primaba un principio de sexualidad en todas ellas,
donde se refiere a que en cada etapa existe una zona del cuerpo por donde se
descarga la tensión sexual, o libido, es lo que se denomina Desarrollo
Psicosexual. La personalidad se definiría en este contexto entonces.
Las etapas que se describe en el
desarrollo psicosexual corresponden a 5: etapa oral, anal, fálica, de latencia
y genital. (Caver & Scheier, 1997)
En esta teoría de las etapas de
desarrollo psicosexual se le da una importancia sustantiva a las primeras tres,
vale decir: la etapa oral, anal y fálica. Desde
el psicoanálisis de Freud se
sostiene que en las etapas señaladas existe un riesgo de desarrollar
fijaciones, producto de si la eficacia con que se satisfacen las pulsiones
sexuales, de si sus grados de gratificación su óptimos o no. Estas fijaciones
repercutirían directamente en la personalidad del adulto.
Etapas del Desarrollo Psicosexual
de Freud
Etapa
Oral 0 a 18 meses
Anal 18 meses a 3 años
Nacimiento – 12 meses 12 meses –
3 años
Descripción
La fuente de placer sexual radica
en el acto de la alimentación, al chupar el pecho de la madre o morder. La
fuente de placer sexual radica en el acto de retención y expulsión de las heces
fecales. La fuente de placer sexual se traslada a la zona genital, aquí el niño
desarrolla una atracción hacia su padre o madre, del sexo opuesto, y ve al del
mismo sexo como a un rival, se desarrolla el complejo de Edipo. Se desarrolla
una especie de calma o latencia en la actividad sexual del niño. Aparece o
resurgen los impulsos sexuales en la zona genial, se desarrolla una sexualidad
madura.
Fálica 3 años – 6 años
De Latencia 6 años a 11 años
Genital Pubertad – Adultez
Una reformulación de las ideas de
Freud con énfasis en la influencia de la sociedad en el desarrollo de la
personalidad del niño realizó Erik Erickson, psicoanalista vienés. Este
investigador sostiene que el desarrollo es un proceso que dura lo que dura la
vida del ser humano, es decir, un proceso continuo, alejándose de la teoría de
Freud quien señala que el proceso culmina en la etapa genital al alcanzar un
desarrollo de la sexualidad madura.
Su teoría se denomina como teoría
del desarrollo psicosocial, que incluye ocho etapas, a saber: Confianza /
Desconfianza, Autonomía / Vergüenza y Duda, Iniciativa / Culpa, Industriocidad
/ Inferioridad, Identidad / Confusión de Identidad, Intimidad / Aislamiento,
Productividad / Estancamiento, Integridad / Desesperación. Cada una de estas
ocho etapas incluye una crisis, un hecho de importancia en la etapa que marca
un hito que determinará aspectos de la personalidad de manera permanente y que
será factor determinante de la personalidad del sujeto. En virtud de un
desarrollo positivo del Yo, las crisis deben ser afrontadas y resueltas de una
manera óptima, esto es un balance entre un rasgo positivo y otro negativo de la
etapa en cuestión. De todos modos, aunque el rasgo positivo debe predominar es
importante también que el rasgo negativo también produzca una enseñanza. (Caver
& Scheier, 1997) El resultado de la crisis en las etapas del desarrollo,
según Erickson, es una virtud.
Etapas del Desarrollo Psicosocial
de Erickson Etapa
Confianza / Desconfianza
Autonomía / Vergüenza y Duda Iniciativa / Culpa Industriocidad / Inferioridad
Identidad / Confusión de Identidad Intimidad / Aislamiento
Edad (Aproximada)
Nacimiento – 12 meses
Descripción
Se desarrolla por parte del bebé
una sensación de que el mundo externo al que pertenece es un lugar seguro y
bueno. Se desarrolla un equilibrio entre independencia y autosuficiencia sobre
la vergüenza y la duda. Se desarrolla iniciativa por parte del niño, sin que la
culpa coarte ésta. Debe existir un aprendizaje de habilidades propias de la
cultura, de lo contrario enfrenta sentimientos de incompetencia. Se busca una
definición del propio sentido
del Yo, de lo contrario se
produciría una confusión de identidad. Se busca entablar relaciones de
compromiso con otros. El fallar en esta meta podría producir un aislamiento del
sujeto. Existe una preocupación por guiar a la generación posterior a él, de no
cumplir con esto se produciría un sentimiento de pobreza personal. Existe una
satisfacción por la propia vida y una tranquilidad con respecto a la muerte. Lo
contrario es un estado de desesperación al no poder recuperar el tiempo
perdido.
Virtud
Esperanza
12 meses – 3 años
Voluntad
3 años – 6 años
Propósito
6 años – Pubertad
Destreza
Pubertad – Adultez Temprana
Fidelidad
Adultez Temprana
Amor
Productividad / Estancamiento
Adultez Intermedia
Cuidado
Integridad / Desesperación
Adultez Tardía
Sabiduría
3.2 Perspectiva de Desarrollo
basada en el Aprendizaje
Desde esta perspectiva se
sostiene que el proceso de desarrollo de la personalidad es continuo y no por
etapas, como en la perspectiva psicodinámica, y su fundamento principal se basa
en los factores de la experiencia y la adaptación al ambiente que influyen en
la conducta observable del sujeto de forma más bien duradera. El fin último de
esta perspectiva basada en el aprendizaje es el descubrimiento de leyes
objetivas que determinan la conducta y sus modificaciones. Bajo este principio
se tiene que se le da un enfoque más de corte científico al estudio de la
personalidad.
El modelo del aprendizaje basado
en el conductismo señala que la conducta observable deriva de los aprendizajes
obtenidos de la experiencia del individuo, se da un lugar de importancia
sustantiva a la influencia del
ambiente y describen al ser humano bajo los mismos principios de aprendizaje
relacionado con el medio ambiente como cualquier otro organismo, además se
otorga un principio de causalidad en el aprendizaje.
Dentro de esta perspectiva basada
en la conducta se pueden distinguir dos corrientes centrales, uno se refiere al
condicionamiento clásico y el otro al condicionamiento operante.
El principio fundamental del
modelo de condicionamiento clásico, atribuido a Iván Pavlov (1849-1936) supone
la relación aprendizaje en forma de respuesta frente a un estímulo determinado
de forma repetitiva. Bajo este principio se sostenían afirmaciones tan
radicales como el que un niño era una especie de papel en blanco donde se podía
moldear la personalidad de éste con la aplicación de un entrenamiento de
aprendizaje basado en repetición de estímulos para la generación de respuestas
determinadas. Clásico, y también reprobable desde el punto de vista ético, es
el experimento realizado con “el pequeño Albert”, a quien le desarrollaron un
temor a objetos específicos por causa de este entrenamiento dirigido basado en
el condicionamiento.
Más allá de lo ético, el
experimento demuestra que el ser humano si contiene una capacidad de
aprendizaje basado en el principio de estímulo – respuesta, y que este
principio le permite aprender sobre el mundo que le rodea y lo faculta para
poder anticipar consecuencias en ciertas instancias de interacción con el medio
ambiente.
El modelo de condicionamiento
operante del B. F. Skinner (1904 - 1990), fundamenta sus principios sobre la
base de que el sujeto aprende a operar sobre el ambiente del que es parte, es
decir, así como aprende sobre las consecuencias de sus actos en términos de la
relación de estímulos y respuestas, también existe un factor de reforzamiento
en las conductas, que puede ser positivo en términos de la existencia de una
recompensa por las conductas esperadas, o negativo reforzando una conducta al quitar
elementos que producen aversión y coartan la realización de ella. Además se
toma en cuenta la instancia del castigo, que en oposición al reforzamiento
negativo lo que hace es añadir un evento de aversión con el fin de eliminar una
conducta no deseable. Se pone en relieve también el factor de la conducta
voluntaria.
Otro enfoque del desarrollo de la
personalidad basado en el aprendizaje es el del aprendizaje social, o también
denominado cognoscitivo social, cuyos principios principales los estableció el
psicólogo Albert Bandura (1925).
El fundamento principal de esta
perspectiva sostiene que el sujeto aprende conductas a través de la observación
e imitación de modelos, podemos apreciar entonces que el aprendizaje está
motivado por la propia persona. El modelo en cuestión es conocido como
modelación observacional, ya que como se dijo antes es el sujeto quien
desarrolla su personalidad aprendiendo voluntariamente de los demás desde su
propia observación. De este modo es que el niño va desarrollando el lenguaje,
el comportamiento de acuerdo al género, las pautas morales, etc.
Una revisión de su propia
construcción teórica realizada por Bandura pone énfasis en las capacidades
cognoscitivas en términos del desarrollo, esto se refiere a que el sujeto
aprende trozos de modelos
de conducta y es capaz de
relacionar y vincular estos trozos para armar patrones de conducta más
elaborados. Con el tiempo la retroalimentación de su comportamiento permite a
los niños formar cánones para juzgar su propio comportamiento y por
consiguiente se vuelven más selectivos al elegir los modelos de conducta a
incorporar, por ende desarrollan un sentido de auto eficacia. Wendkos, 2007)
3.3 Perspectiva Cognoscitiva del Desarrollo (Papalia &
En general la perspectiva
cognoscitiva del desarrollo centra su enfoque en los procesos propios del
pensamiento y en la conducta que es producto de estos procesos.
Jean Piaget (1896 - 1980),
desarrolla lo que se conoce en la actualidad como la teoría de las etapas
cognoscitivas, centrada en los procesos mentales donde se propone que el
desarrollo cognoscitivo resulta ser producto de los esfuerzos propios del niño
por lograr un entendimiento del entorno al que pertenece y poder actuar de
forma efectiva dentro del mismo.
Piaget sostenía que el sujeto
nace con una capacidad intrínseca para la adaptación al entorno ambienta, y al
poner en ejercicio esta capacidad interactuando con el entorno se logran
desarrollar imágenes más precisas del medioambiente lo que permite una mayor
precisión en el proceso de adaptación al mismo.
En el modelo que desarrolla
Piaget sobre el desarrollo, distingue una serie de etapas representantes de
patrones universales de desarrollo, donde en cada una de las etapas descritas
el niño adquiere una nueva forma de operar psíquicamente.
Modelo de Etapas Cognoscitivas de
Piaget Etapa
Sensorio - Motriz
Edad (Aproximada)
Nacimiento – 2 años.
Descripción
A través de las capacidades sensoriales y motoras el
bebé es capaz organizar actividades en relación con el medioambiente.
Desarrollo de un sistema de representaciones y usa símbolos para representar el
exterior. Aún no se desarrolla un pensamiento lógico. Desarrollo de un
pensamiento lógico, pero sin una capacidad de abstracción. De desarrolla la
capacidad de abstracción, hipótesis y visualización de posibilidades.
Pre-operacional
2 años – 7 años.
Operaciones Concretas
7 años – 11 años.
Operaciones Formales
11 años – Adultez
Este desarrollo sucede por medio
de tres principios que se interrelacionan entre sí: la organización, la
adaptación y el equilibro.
Organización: Creación de
estructuras cognoscitivas cada vez más complejas, una incorporación de
contenidos más precisos sobre la realidad. Se desarrollan los esquemas.
Adaptación: Se le denomina a la
información nueva que entra en conflicto con la existente, donde puede
producirse un fenómeno de asimilación, incorporando la información nueva, o
acomodación, cambiando las estructuras cognoscitivas existentes para incluir
nuevo conocimiento.
Equilibrio: Una tensión
permanente tendiente a la estabilidad del aparato psíquico. Se da en el proceso
de cambios adaptativos de contenidos nuevos, donde la tensión está dada por el
cambio que ocurre entre la asimilación a la acomodación para lograr eficacia
respecto de las situaciones nuevas que se presentan.
En otro ámbito de la
investigación del desarrollo cognoscitivo de la personalidad, con el fin de
intentar comprender el desarrollo cognoscitivo aparece el Modelo de
Procesamiento de la Información,
que realiza análisis de los
procesos psíquicos involucrados en el manejo de la información y la percepción.
Este modelo no es una teoría propiamente tal, sino que se trata de un conjunto
de investigaciones que dan bases para aplicación de instrumentos de medición de
inteligencia, capacidades sensoriales, etc., instrumentos que pueden ser
utilizados desde la investigación en psicología, en el área educativa o por los
mismo padres orientados a fomentar un desarrollo óptimo de sus hijos.
En esta área de desarrollo de la
investigación se han desarrollado modelos basados en principios de la
informática, donde se analizan relaciones entre estímulos y conductas
comparando el cerebro con sistemas de procesamiento de información
computacionales.
Así mismo existen orientaciones
desde las neurociencias, donde se propone el principio de que la comprensión
del funcionamiento cognoscitivo se relaciona íntegramente con el órgano del
cerebro. (Papalia & Wendkos, 2007) 3.4 Perspectiva Evolutiva –
Socio-Biológica
Se basa en las bases evolutivas y
biológicas de la conducta, tomando elementos de la teoría de la evolución de
Darwin, en términos de determinar que la conducta y la personalidad están
ampliamente influidas por las tendencias de supervivencia y adaptación de los
individuos. En este sentido se pone énfasis que aquello que caracteriza al ser
humano, como sus capacidades innatas para la adaptación, ha sido heredado por
las generaciones precedentes en virtud de asegurar la supervivencia de la
especie.
Esta perspectiva tiene una visión
más generalizadora y quizás no tan efectiva en términos de explicar los
factores que determinan el por qué una persona es diferente de otra, pero
sienta bases generales sobre el proceso de formación cognitiva y de conducta de
la especie humana. Aquí las bases genéticas cobran una importancia sustantiva.
3.5 Perspectiva Contextual del
Desarrollo de la Personalidad
Desde este enfoque se propone que
el desarrollo de la personalidad está dado por el contexto social a que
pertenece el sujeto, dado que el mismo es una entidad parte de un espectro
mayor de existencia: ambiente y sociedad.
Desde la bioecología de
Bronfenbrenner (1979), se describe que cada organismo se desarrolla dentro de
sistemas ecológicos que apoyan o reprimen su desarrollo, y es el entendimiento
de la ecología ambiental del ser humano lo que permitiría conocer cómo es que
los niños se desarrollan. Aquí se pone énfasis en la creciente complejidad de
los procesos de las relaciones de interacción bidireccional, y que estos a su
vez son influenciados por sistemas más remotos.
Se identifican cinco sistemas
contextuales interrelacionados desde el más íntimo al más general:
Modelo de Sistemas Contextuales
de Bronfenbrenner Sistema Contextual
Micro-sistema Meso-sistema
Exo-sistema
Descripción
Implica relaciones de interacción
directa, cara a cara, puede estar conformado por el hogar, la escuela o el
vecindario, por ejemplo. La relación de afectación directa de la participación
de los sujetos en este sistema es lo que moldea su personalidad. Representa la
interacción de dos o más micro-sistemas de donde el niño es parte. Por ejemplo,
la relación entre el micro-sistema hogar con el micro-sistema escuela.
Representa la interacción de dos o más micro-sistemas, pero con la salvedad de
Macro-sistema Crono- sistema que en uno de estos no participa el niño, pero
este micro-sistema influye en el hogar y produce efectos al niño igualmente. Se
refiere principalmente a patrones culturales dominantes, como creencias,
costumbres, sistemas económicos, etc. Se refiere a la dimensión temporal, donde
se toman en cuenta los grados de estabilidad o cambio del niño.
Se sostiene entonces que un ser
humano es más que el mero resultado de un desarrollo, sino también es un
modelador de éste.
En esta perspectiva contextual
del desarrollo de la personalidad tenemos a Lev Vygotsky (1896 - 1934), uno de
sus principales exponentes. Él sostiene que para comprender el desarrollo
cognoscitivo del niño se requiere la observación de los procesos sociales de
los que deriva el pensamiento de éste. Considera el crecimiento cognoscitivo
del niño como un proceso de colaboración donde los niños aprenden de la
interacción social donde ésta ayuda a los niños a asimilar formas de
comportamiento y pensamiento de la sociedad de la que son parte.
Se da importancia al papel que
juegan los padres en el apoyo de estos para que el niño organice el aprendizaje
hasta que él pueda hacerlo por sus propios medios. Esto bajo un principio de
andamiaje del aprendizaje, donde los padres asumen el rol de soporte para guiar
el aprendizaje de sus hijos hasta que ellos mismos puedan realizar las tareas
que le exige el medio de manera autónoma y con eficacia. (Papalia &
Wendkos, 2007)
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