domingo, 7 de abril de 2013

MOTIVACION Y EMOCION

HOLA CHICOS DE PSICOLOGIA 2 SABATINO, AQUI LES PUBLICO LA LECTURA QUE REVISAREMOS EL DIA SABADO 13 DE ABRIL DE MOTIVACION Y EMOCION, LES RECUERDO QUE DE TEORIAS DE LA PERSONALIDAD USTEDES DEBIAN INVESTIGAR Y LEER SOBRE LA TEORIA DE ERICH FROMM Y HARRY SULLIVAN, ESPERO HAYAN TENIDO BONITAS VACACIONES Y HAYAN DESCANSADO MUY BIEN, LOS VEO EL SABADO Y ESPERO QUE TENGAN LINDA SEMANA. SALUDOS.


Las Emociones

Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y más o menos pasajeras.

 

En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación.

 

Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano. Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. De todas formas, es difícil saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del individuo, aunque nos puede ayudar a intuirla.

 

Apenas tenemos unos meses de vida, adquirimos emociones básicas como el miedo, el enfado o la alegría. Algunos animales comparten con nosotros esas emociones tan básicas, que en los humanos se van haciendo más complejas gracias al lenguaje, porque usamos símbolos, signos y significados.

 

Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.

 

Charles Darwin observó como los animales (especialmente en los primates) tenían un extenso repertorio de emociones, y que esta manera de expresar las emociones tenía una función social, pues colaboraban en la supervivencia de la especie. Tienen, por tanto, una función adaptativa.

 

Existen 6 categorías básicas de emociones.

 

·         MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.

·         SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.

·         AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.

·         IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.

·         ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.

·         TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo.

 

Si tenemos en cuenta esta finalidad adaptativa de las emociones, podríamos decir que tienen diferentes funciones:

 

·         MIEDO: Tendemos hacia la protección.

·         SORPRESA: Ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.

·         AVERSIÓN: Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.

·         IRA: Nos induce hacia la destrucción.

·         ALEGRÍA: Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien).

·         TRISTEZA: Nos motiva hacia una nueva reintegración personal.

 

Los humanos tenemos 42 músculos diferentes en la cara. Dependiendo de cómo los movemos expresamos unas determinadas emociones u otras. Hay sonrisas diferentes, que expresan diferentes grados de alegrías. Esto nos ayuda a expresar lo que sentimos, que en numerosas ocasiones nos es difícil explicar con palabras. Es otra manera de comunicarnos socialmente y de sentirnos integrados en un grupo social. Hemos de tener en cuenta que el hombre es el animal social por excelencia.

 

Las diferentes expresiones faciales son internacionales, dentro de diferentes culturas hay un lenguaje similar. Podemos observar como en los niños ciegos o sordos cuando experimentan las emociones lo demuestran de forma muy parecida a las demás personas, tienen la misma expresión facial. Posiblemente existan unas bases genéticas, hederitarias, ya que un niño que no ve no puede imitar las expresiones faciales de los demás. Aunque las expresiones también varían un poco en función de la cultura, el sexo, el país de origen etc. Las mujeres tienen más sensibilidad para captar mejor las expresiones faciales o las señales emotivas y esta sensibilidad aumenta con la edad. Otro ejemplo son los rostros de los orientales, especialmente los japoneses, son bastante inexpresivos, pero es de cara a los demás, porque a nivel íntimo expresan mejor sus emociones.

 

Las expresiones faciales también afectan a la persona que nos está mirando alterando su conducta. Si observamos a alguien que llora nosotros nos ponemos tristes o serio e incluso podemos llegar a llorar como esa persona. Por otro lado, se suelen identificar bastante bien la ira, la alegría y la tristeza de las personas que observamos. Pero se identifican peor el miedo, la sorpresa y la aversión.

 

Las emociones poseen unos componentes conductuales particulares, que son la manera en que éstas se muestran externamente. Son en cierta medida controlables, basados en el aprendizaje familiar y cultural de cada grupo:

 

·         Expresiones faciales.

·         Acciones y gestos.

·         Distancia entre personas.

·         Componentes no lingüísticos de la expresión verbal (comunicación no verbal).

 

Los otros componentes de las emociones son fisiológicos e involuntarios, iguales para todos:

 

·         Temblor

·         Sonrojarse

·         Sudoración

·         Respiración agitada

·         Dilatación pupilar

·         Aumento del ritmo cardíaco

 

Estos componentes son los que están en la base del polígrafo o del "detector de mentiras". Se supone que cuando una persona miente siente o no puede controlar sus cambios fisiológicos, aunque hay personas que con entrenamiento sí pueden llegar a controlarlo.

 

¿Qué es lo que nos produce el miedo a nivel fisiológico?

 

Cuando nos encontramos ante un estímulo que nos provoca miedo o temor, nuestro cuerpo reacciona activándose, de manera que estemos a punto para cualquier reacción de lucha o huída que sea preciso a fin de protegernos, ya que nuestro impulso más básico es el de la supervivencia.

 

La activación se produce de la siguiente manera:

 

·         El lóbulo frontal de la corteza cerebral por la acción del hipotálamo activa la glándula suprarrenal.

·         La glándula suprarrenal descarga adrenalina.

·         Las pupilas se dilatan.

·         El tórax se ensancha.

·         El corazón se dilata, aumenta la provisión de sangre.

·         Se produce un aumento de la tensión arterial.

·         Los músculos se contraen.

·         El hígado libera glucosa, el combustible de los músculos.

·         La piel palidece.

·         Los bronquios se dilatan para aumentar el volumen de oxigeno.

·         En casos extremos la vejiga urinaria se vaciará.

 

Todo lo anterior es sabido gracias a los dos más importantes teóricos que estudiaron a las emociones desde el enfoque fisiológico ya los avances en la investigación de las mismas.

Teoría de James-Lange

La teoría de James-Lange es una hipótesis sobre el origen, la naturaleza y la transmisión de las emociones. La teoría fue propuesta por William James y Carl Lange simultáneamente, pero de forma independiente, en 1884. La teoría de James-Lange propone que la corteza cerebral recibe e interpreta los estímulos sensoriales que provocan emoción, produciendo cambios en los órganos viscerales a través del sistema nervioso autónomo y en los músculos del esqueleto a través del sistema nervioso somático.

Básicamente, esta teoría se oponía a la idea, proveniente del sentido común de que la percepción conllevaba una emoción y esta provocaba una reacción fisiológica. Tanto James como Lange proponían un modelo en el que la reacción fisiológica ante el estímulo era la que provocaba la emoción: No lloro porque tengo pena, sino que tengo pena porque lloro.

La teoría establece que, como respuesta a las experiencias y estímulos, el sistema nervioso autónomo crea respuestas fisiológicas (tensión muscular, lagrimeo, aceleración cardiorespiratoria...) a partir de las cuales se crean las emociones. Lange incluso llegó a afirmar que los cambios vasomotores eran las emociones.

Un ejemplo clásico de James es el del oso: el sentido común nos dice que el ver un oso provoca miedo, lo cual nos impulsa a correr. James dice que la respuesta adecuada ante un oso es correr, lo cual impulsa a sentir miedo.

En el estudio de la biopsicología de la emoción, esta teoría es un hito muy importante, al buscar un mecanismo fisiológico para las emociones. Aunque ya superada, no hay manual de psicología o psicobiología que se precie que no le dedique un apartado. La teoría se superó en los años 1920 al proponerse la teoría de Cannon-Bard.

Las dos cadenas de la emoción

La era moderna de la investigación sobre la emoción comenzó cuando James se preguntó si los sentimientos provocan respuestas emocionales o si las respuestas provocan los sentimientos. Al responder que las respuestas provocan los sentimientos, comenzó un debate ya abierto un siglo atrás sobre el origen de los sentimientos, a menudo se ha pasado por alto la pregunta sobre qué provoca las respuestas.

Estímulo (Serpiente) → Sentimiento (miedo) → Respuesta (correr)

Estímulo (Serpiente) → Respuesta (correr) → Sentimiento (miedo)

Teoría del feedback sensorial

La solución que James ofreció para la secuencia estímulo-sentimiento fue que el feedback (retroalimentación) de las respuestas determina el sentimiento. Debido a que emociones diferentes tienen respuestas diferentes, el feedback hacia el cerebro será diferente y, según James, eso justifica el modo en que nos sentimos en tales situaciones.

Estímulo → Respuesta → Feedback → Sentimiento

Un estímulo externo, como ver un oso, es percibido por las zonas sensoriales de la corteza cerebral. A través de la corteza motora, se controlan las respuestas, como huir. Las sensaciones producidas por las respuestas regresan a la corteza cerebral, donde se perciben. La percepción de las sensaciones físicas asociadas a las respuestas emocionales es lo que caracteriza a la emoción.

Teoría de Cannon-Bard

La teoría de Cannon-Bard es una explicación científica de la fisiología de la emoción.

La teoría de James-Lange fue puesta en tela de juicio por el psicólogo Walter Cannon (1871-1945) en la tercera década del siglo XX. Este científico criticaba la teoría porque había datos fidedignos que indicaban que algunas personas a las que se les había separado las vísceras del sistema nervioso manifestaban alguna emoción. Además, la teoría de James-Lange era criticable en el sentido siguiente: hay emociones tan distintas como el miedo a un animal dañino y la alegría de un premio millonario en la lotería que producen alteraciones fisiológicas muy parecidas. ¿Cómo es posible, entonces, que los mismos cambios viscerales produzcan emociones tan diferentes? Cannon resuelve la pregunta asignando al cerebro la experiencia de la emoción. Esta hipótesis fue completada y difundida por Bard (1898-1977) y desde entonces se la llama teoría de Cannon-Bard.

En la búsqueda de una explicación para la biopsicología de la emoción, Walter Cannon propuso una serie de supuestos que superaban la hasta entonces vigente teoría de James-Lange. Sus ideas fueron recogidas por su discípulo Philip Bard, quien las amplió y difundió.

Según esta teoría los estímulos emocionales tienen dos efectos excitatorios independientes: provocan tanto el sentimiento de la emoción en el cerebro, como la expresión de la emoción en los sistemas nerviosos autónomo y somático. Es decir, tanto la emoción como la reacción ante un estímulo serían simultáneas.

La teoría de James-Lange proponía que primero venían las reacciones fisiológicas y luego las emociones, la de Cannon-Bard superaba esta idea acercándose a lo que hoy en día se piensa que es, más allá de la simultaneidad, una interacción entre estos mecanismos.

Cannon y Bard creían que los estímulos externos procesados por el tálamo se dirigían hacia la corteza cerebral y hacia el hipotálamo. El hipotálamo, a su vez, envía información a los músculos, a los órganos del cuerpo y a la corteza.

La acción recíproca de la información de la corteza sobre lo que es el estímulo y sobre su significación emocional tiene como consecuencia la experiencia consciente de la emoción (sentimientos). Según esta teoría, las respuestas emocionales y los sentimientos ocurren al mismo tiempo.

En 1929, Bard realizó experimentos con unos gatos y descubrió que, a los que se les había extirpado la corteza cerebral (decorticados), se manifestaban extraordinariamente agresivos ante provocaciones que en animales normales no hubieran surtido efecto alguno; respondían con una rabia intensa atacando en cualquier dirección, no necesariamente hacia el estímulo que provocaba esa respuesta, es decir, los mininos manifestaban una conducta emocional anómala. Así, al tocar ligeramente uno de estos “lindos gatitos” enseñaba los dientes, arqueaba el lomo, etc., todos los signos de un ataque de rabia, pero sin justificación. Finalmente, el animal dejaba de atacar cuando se suprimía el estímulo. Este tipo de respuesta fue denominada rabia aparente o falsa rabia.

Pero lo más importante de este trabajo era que si al realizar la decortización también se eliminaba el hipotálamo, los gatos no presentaban la conducta de rabia aparente. De acuerdo con estos datos, Bard resaltó la importancia del hipotálamo en la conducta agresiva. Además, las lesiones en el hipotálamo en un animal previamente decorticado producen placidez. Quedaba un punto importante que resolver: si el hipotálamo es responsable de la conducta de falsa rabia, ¿para qué sirve entonces la corteza cerebral? Bard responde asignando a la corteza la capacidad de controlar las respuestas emocionales, es decir, la corteza cerebral tendría la función de dirigir e inhibir esta respuesta.

La importancia del hipotálamo en esta emoción fue confirmada en investigaciones posteriores, en las que diversos científicos fueron capaces de crear falsa rabia estimulando eléctricamente, con electrodos, el hipotálamo de distintos animales.

Según la hipótesis de Cannon-Bard, un estímulo capaz de desencadenar una emoción genera dos efectos que no tienen ninguna relación entre sí: por un lado provoca el sentimiento emocional en el cerebro, por otro, produce la manifestación emocional en el sistema nervioso modificando la actividad de algunas vísceras. Esto quiere decir que las emociones son independientes de lo que sucede en las vísceras y en los músculos, exactamente lo contrario de lo postulado por James y Lange. Dicho de otra forma: un estímulo emocional producirá una activación del sistema nervioso autónomo que provocará una serie de cambios en la actividad de ciertas vísceras.

Bibliografía:

 

·         Reeve, J. (1994). Motivación y emoción. Madrid. Mc Graw Hill.

·         Vila, J., Fernández, M. (1990). Activación y conducta. Madrid. Alhambra.